lunes, 19 de julio de 2010

Vete de Madrid/Barcelona

Si eres jóven, no tienes casa propia y tienes oportunidad, te doy un consejo. Lárgate de la gran ciudad. Los precios de la vivienda la han transformado para tí en un gran escaparate intocable, donde tú eres el que lo limpia, lo asea y lo mantiene en pie, pero no te permiten disfrutar de él, ser parte de él. Yo recuerdo hace un par de años, ir buscando casa por Madrid. Caminaba por barrios obreros, donde antaño vivían los inmigrantes que vinieron de los pueblos, sin formación y con trabajos no cualificados. Preguntaba precio de un pisillo. De esos de 50 metros, sin ascensor, tabiques de papel, 45 años de antiguedad, y me contestaba al teléfono Doña Rogelia, que no ha sabido en su puta vida lo que es una nómina, ni lo que es ganarse el pan y me dice que 38 millones. ¿38 millones? Y una mierda pa tu calva. 38 millones con una hipoteca a 40 años, son 80 millones a pagar. Si ganas 3 millones al año, sale a 30 años de sueldo íntegro. Es decir, salvo que vivas del aire, no sale la cuenta. ¿Tendras que comer no?

Yo lo vi merdiano. Así que yo, que soy un joven con estudios y un buen trabajo, resulta que debo pagar el dinero de toda mi vida a la Doña Urraca esta por su zulo. AQUÍ TE QUEDAS. Así que empezé a buscar posibilidad de traslado. España es muy grande, hombre. Que le compre ese piso su tía la del pueblo. Yo me piro.

A ese gran problema de la vivienda hay que añadir las multas, los radares, los muy educados Guardias de Proximidad, los atascos, las manifestaciones, las huelgas, la contaminación y esa cara de perro que tiene la gente por defecto. Lo unico que te da la ciudad es una cantidad enorme de entretenimiento. Para tenerte contento. Despedidas de soltero con travestis y borrachas con pollas de plástico en la cabeza, garrafón, pijerías y ñoñadas. Entretenimiento de pega.

Y aquí estoy en una pequeña capital, más feliz que unas pascuas. Aquí la gente se alquila un piso de 3 habitaciones por 400 euros y lo compra por 100.000. Nada de lujo pero digno. Más que aquel de la Bruja del Este por el que yo preguntaba. Casi todo el mundo que conozco aquí está independizado al acabar sus estudios. Y eso no tiene precio. Vivir con mamá, para que te planche las camisas, mala cosa. Si te parece normal vete al médico que seguro que tienes algo, tío.

Aquí no hay radares, (a veces voy a toda hostia), ni guardias miserables, ni atascos, el aire es limpio, la gente amable y encima tengo una playa que quita la cabeza.

Vete ahora que estás a tiempo, y a ver a quien le venden sus putos pisos de papel los viejos estos avariciosos. A Rita la Cantaora.

Y tú a vivir, coño, que sólo se vive una vez.



Ramiro Carvasio

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