domingo, 24 de junio de 2012

Sobre el "cambio" de Cuba

Perdón, que he estado muy ocupado. En otras lides.

Es que me hace mucha gracia cuando leo u oigo a los esforzados escritores, blogeros, y demás bichería, hablar de que anhelan el cambio en Cuba. Un anhelo indeterminado y genérico, conscientemente camuflado. En actitud victimista, a pesar de que detrás, tienen a los grandes poderes mundiales a favor.

Y yo les pregunto ¿cambio, de qué tipo? ¿cambio hacia donde?. Hacia lo igual. Un cambio hacia el molde imperante en el resto del mundo. Un ser igual que yo, que nosotros, un no-cambio. Una absorción por nuestra parte.

Eso no es un cambio.

Cuba es el único lugar diferente en el mundo. Que no cree en el mercado, en el dinero, por encima de las personas. Por eso, cambiar, en caso de Cuba es ser igual que los demás. Cuba ya cambió, pero en 1959.

Que no hablen de cambio. Que hablen de provecho, de robo y de saqueo. Porque el cambio no les interesa. Porque no lo piden en otros casos mucho más sangrantes. Van a la India y dicen que la gente es feliz con poco, que ríen todo el día. Aunque allí hay una segregación por nacimiento desde hace siglos, un sistema de castas, millones de pobres, droga, delincuencia, falta de asistencia sanitaria, de educación y miseria general. Miles de personas viviendo de los vertederos. Ahí no piden cambio, los agraviados. Tampoco lo piden en las zonas marginales de todo occidente, donde reina la deshumanización. Ni en las finanzas ladronas de vidas. Lo piden en Cuba.

No cambies, Cuba. Sigue siendo diferente. No cambiando, Cuba ayuda al cambio, pero del resto del mundo, que es el que debe cambiar.






Ramiro Carvasio