jueves, 8 de diciembre de 2011

De la crisis de la deuda y la austeridad

Bueno, no sé si contar esto por lo evidente que es, pero como parece que la revolución se retrasa, quizá sea necesario aclarar algún punto.

Creo que a nadie que sea persona de bien se le escapa que la deuda de los países del euro no se debe al gasto de sus hospitales, medicinas, sueldos de doctores y enfermeras, que por cierto, nos salvan la vida. El país no está arruinado por financiar la Universidad pública, los colegios públicos, porque los funcionarios ganen un 5% más de lo debido. Tampoco porque los trabajadores tengan 40 días de despido estipulado en sus contratos, ni porque estén indefinidos o a jornada completa. Ni por jubilarse a los 65.

España, como otros vecinos, está en riesgo de quiebra porque el estado ha avalado a la gran banca que tiene gran parte de sus activos invertidos en humo, es decir, en pisos fantasma y en hipotecas que nunca serán pagadas. Ese millonario agujero privado está siendo sostenido por el dinero público y es por eso, que los inversores dudan, y con razón, de la viavilidad del proyecto España.

Hablan, esos ninots de cartón del barato, del anterior derroche, de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y de la necesidad de aplicar un plan de austeridad. Y tienen razón. Pero el derroche fue financiar con el dinero del país, los agujeros negros de los inversores y accionistas privados, dueños de la banca, que a su vez es dueña de las multinacionales. Claro que nos hace falta aplicar la auteridad y que el dinero deje de tirarse al pozo sin fondo de la deuda privada. Pri-va-da.

Si con excusa de la deuda, los recortes se aplican en los servicios públicos que nada tienen que ver con ésta, es por decisión política e ideológica. Para asaltar los negocios rentables y sostenibles que aun conservamos como "de todos", como restos de la cultura del hombre de bien, empeñado en vivir en sociedad y no en el robo y el provecho. Recortan para crear una sociedad de privilegiados y de desamparados a los que poder esquilmar. Otra vez el Antiguo Régimen, el Eterno Régimen.

No se dejen engañar. El hospital, el contrato, la receta del médico, la biblioteca, el ambulatorio, nada tiene que ver con el repentino aumento de la deuda pública. Es el aval estatal a la deuda privada ingente, desquiciada y criminal, la que pone en riesgo la viablilidad de todo nuestro país.








Ramiro Carvasio

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Pues esto por perogrullada que parezca y por más evidente y obvio que resulte, NO LO ENTIENDEN, al menos diez millones y pico de españoles, seguro que no y el resto, creo que tampoco.

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