sábado, 4 de diciembre de 2010

La regla universal

Bajó un día Dios a la tierra, en forma de hombre. Se sentía feliz rodeado de todos sus hijos. Los amaba a todos. Tomó uno al azar y lo beso. Entonces el hombre le puso mala cara, le escupió y le pateó. Dios, desconcertado, se marchó de allí y volvió a los cielos.
Al día siguiente, volvió a bajar, en forma humana, pero diferente a la anterior. Buscó al mismo hombre y le castigó por el abuso del día pasado. Entonces el hombre le besó los pies, lo abrazó. Veía en sus ojos miedo. Dios se enterneció y lo dejó marchar.
Un nuevo día y Dios vuelve a bajar, con nueva forma humana, esta vez para abrazar a su hijo, pero éste le volvió a golpear, y a humillar.
Y así pasaron muchos días. Dios bajaba lleno de amor y recibía palizas. Bajaba furioso y recibía amor. Y continúo así, durante milenios para lograr entender la razón de por qué recibía lo contrario de lo que daba. El verdadero origen del amor.
Y ocurrió que en unos de los días que bajó furioso, de un solo golpe mató al hombre.



Ramiro Carvasio

1 comentario:

  1. Lo curioso es que los otros los comentan, y este no, y eso que es el mas sencillo, iluminado y tranquilo de todos tus textos. Pero de todas formas, el amor del que hablas es civico, es el amor de una persona con otra que esta enfrente. Pero hay otro amor. El amor egoista, el que persigue el gozo y la participacion de la belleza o de la grandeza -aqui no entra en consideracion lo que se responde desde fuera. Dios estaba preocupado por lo que respondia el hombre, y se volvia loco, porque el hombre es un ser contradictorio y debil. Por eso bajaba y probaba una y otra vez. Su amor era fraternal, consideraba al hombre como esa apelacion que nos reclama desde fuera y a la que nos vemos obligados a responder. De eso habla por ejemplo Levinas en Totalidad e infinito. Pero lo que le pasa a ese Dios es que no se habia encontrado con una tia buena, por ejemplo. Si en vez de besar al hombre o de amenazarle lo que hubiera descubierto fuera la belleza de unos ojos, la gracia de los movimientos, la linea de la piel en los pechos adolescentes, la maravilla de la juventud en su vitalidad, o sea, una de esas muňecas que uno ve por ahi a veces, entonces no se habria preocupado por la psicologia del hombre-perro. Habria vendido su alma al diablo por poder poseer, o sea, por poder beneficiarse de la presencia de ese ser, con el que el nuestro se renueva y renace, y esto habria evitado la violencia. Por eso siempre digo, la unica relacion verdaderamente etica y respetuosa es la mas profundamente sexual y erotica. Usufructuar un instante, y luego Dios vuelve a quedarse solo y todos tan tranquilos.
    Muschchuschu

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