lunes, 18 de octubre de 2010

La chacha

Soy de Ecuador. Mi señora es muy buena.
En realidad, no tiene ni donde caerse muerta, paga una hipoteca del chimborazo, pero es ver un plato sin fregar y chilla como una hiena. Y lo de doblar el espinazo, que mal lo lleva. Es que está muy liberada. Ya no hace esas cosas que hacían antes las mujeres. Las mujeres de ahora están liberadas. Ahora esas cosas, las hago yo, que no debo ser mujer porque no me libero ni tratando.
Yo creo que lo que le pasa es que es vaga. Y para que nadie se entere, se inventa todos esos asuntos. Siempre es mejor que el trabajo lo haga otro. Y ese otro soy yo, que soy pobre y si no lo hago, no como.
Pero el otro día sí me dio risa. Entró un hombre con un látigo, disfrazado de superheroe. Me dio 1 millón de euros y me dijo que me fuera, y entonces le empezó a dar latigazos a la señora, hasta que terminó todas las tareas. Cien, creo que le dio.

Ahora sí que estoy liberada.



Ramiro Carvasio

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