Después de los resultados de las Elecciones, después del abandono que ha sufrido el movimiento 15M por parte de sindicatos, parados, deshauciados y después de una vida de observancia perpleja, llego a la siguiente conclusión. Basta ya de paños calientes. Diré, por fin, la verdad de los problemas que afectan al mundo.
Del 100% de la población hay un 70% de imbéciles. De amplia gama y subdivisiones. Va desde las masas ignorantes y entelevisonadas de los pueblos, a las repipis y chafarderas grandes ciudades. Del rico al pobre. Del botellón a la hipoteca enladrillada. De la chancleta a la derrota. De la mirada de recelo a la sumisión al poderoso. Del miedo a la costumbre. De la pertenencia al grupo a la segregación del diferente. Del coche nuevo al teléfono de moda. De la codicia al tropezón. Del nacimiento a la muerte previo paso por el Centro Comercial. De necesidades básicas urgentes.
Después tenemos un 20% de malvados. Lo podrás ver en sus caras. Son envidiosos, desdichados, que desean el mal al prójimo para que lo acompañe en su desgracia. Son pobres o ricos, da igual. Mala gente, violenta, de mal comportamiento, culpable de las guerras, de los engaños, de la explotación. A eliminar.
Y finalmente un 10% de buenas gentes. Intelectuales, que disfrutan del bien común y del bienestar de su vecino. Dentro de este 10%, hay un 1% de héroes, que son capaces de cambiar la Historia.
Los malvados siempre se imponen a las buenas gentes y someten al 70% de incautos. Y el 10% restante, entre los que me incluyo, tenemos que soportar injustamente este sistema democrático o nobiliario, monárquico o republicano, de sometimiento a los malvados con la complicidad de los pobres tontos.
Y así toda la puñetera Historia. No le den más vueltas. Es así de sencillo.
Me cago en vosotros
Ramiro Carvasio
JAJAJAJA, brillante, espero poderme incluir dentro de tu grupo, aunque creo que todo el mundo se apunta al carro y muy pocos se suben.
ResponderEliminarYo además de indignado, también me siento defraudado, no esperaba mucho más de todo esto, pero me temo que ya hemos vivido lo más importante.